Con motivo de la reseña del último disco de
Unsane hablaba entonces de una serie de grupos que, aún proviniendo de diversas escenas y con características e influencias diversas, coincidían en una música
muy preocupada por las melodías y sobre todo en la intensidad y emotividad que imprimían a sus composiciones.
El Agente Naranja son un buen exponente de esas dos características, en este caso partiendo de unas raíces más
hardcore, o mejor de
emo-core, una nueva tendencia de hace unos años acá y que tiene bastante aceptación en
España, sobre todo por la cantidad de grupos que lo practican, aunque la repercusión que alcanzan en los medios todavía no sea muy elevada.
En la reseña de
Unsane citaba como referencias que podían interesar a oyentes de otros estilos su tendencia al primer
doom y la
oscuridad que otorgaba a su música.En el caso de
El Agente Naranja la tendencia es más
melancólica y esas referencias son (o me parecen) más cercanas, y remiten a los últimos
Anathema (más a
‘Alternative 4’, por ser algo más metálico que los dos siguientes) y a
Katatonia, por esa emocionante manera de acercarse a las composiciones,
los sonidos de guitarra y las melodías en general. No estoy diciendo que
El Agente Naranja suene a
Anathema o
Katatonia, solo que los seguidores de estas bandas pueden encontrar en la música de estos valencianos
elementos que les sonarán familiares, sobre todo en los temas más
pausados de éste disco (
‘Si Amanece’,
‘Mentiras De Papel’, más en onda
Katatonia, las excelentes instrumentales
'El espíritu De San Luis' y
'N.O.S.',
’En Mi Habitación’, más
Tool, muy
oscura,
'Figuras' o la final
‘Spera’, otro gran tema) aunque en todos ellos estén también presentes esas
influencias más hardcore en algunos ritmos y algún estribillo, pero que salvo en un par de temas más acelerados en conjunto (
‘Siéntate A Mirar’ o
‘Telón De Fondo’, ambos precedidos por las instrumentales citadas) tampoco es que vayan a asustar a los oyentes menos habituados al estilo.
La producción es muy sutil y cuidada con los elementos más ambientales (las guitarras limpias y algunos teclados y cuerdas en las intros de los temas) y tampoco se pasa de contundente con las partes más duras, con lo que el resultado es de lo más equilibrado, y para poner una pega diría que la voz, muy angustiada y expresiva, podría estar un poco más matizada en algunos momentos (gusto personal, claro).
Letras excelentes, una edición muy interesante, en una bonita caja de cartón en la que se incluye parte de lo que creo es el concepto del disco, un emotivo recuerdo a un amigo que ya se ha ido. Este
‘Positivo’ apareció en las listas de los mejores discos nacionales del año pasado, así que su calidad está fuera de duda (bueno, al menos en lo que se refiere a la calidad musical, los gustos van aparte), y puede ser una buena adquisición para los oyentes con ganas de meterse en sitios nuevos.