El próximo
7 de abril,
ya podremos encontrar en las tiendas de discos el
nuevo trabajo
del dúo alemán.
Peter Heppner
y
Markus Reinhardt, más conocidos
como
Wolfsheim, emblema indiscutible de
lo que vino en llamarse
synth pop,
gracias entre otras cosas a
"The Sparrows And The Nightingales",
sempiterno
himno generacional.
De aquello hace ya 12 años, que se dice pronto,
y entre tanto han publicado un buen puñado de discos con
más o menos suerte pero siempre fieles a su personal e inconfundible
estilo, basado en la sencillez y alejándose de grandes
alardes tecnológicos, convencidos de que basta con un sintetizador
y una buena voz para seguir ganando adeptos entre sus filas.
Y aunque parezca mentira, después de tanto tiempo,
la fórmula sigue funcionando. "Casting Shadows"
es más de lo mismo, once canciones sencillas pero sinceras,
recurriendo a la ya clásica inclusión del idioma patrio
en alguna de ellas, como es el caso de "Wundervol" o
"Kein Zurück"
Esta canción es, por cierto, la elegida como primer
single. Base rítmica y estructura persistente, con apoyo de
cuerdas en el estribillo, rozando los parámetros de una balada
y de una grandísima belleza aunque quizás falta de
fuerza.. El poderío se alcanza con "Approaching
Lightspeed" o "I Won´t Believe", una de
las cuales está llamada a ser segundo single, de buenas
estructuras que acaban conduciéndonos a unos estribillos más
arrolladores con marca de la casa, claro está.
Maestría y veteranía mezcladas a partes iguales,
con canciones más tranquilas que en anteriores trabajos ("Care
For You", "And I...", "Underneath The Veil").
Se combinan con algún corte más bailable como las
dos anteriormente citadas y un remate en tono instrumental, "In
Time".
"Casting Shadows", es un disco
fácil de digerir, y más aún para los amantes del
grupo, a los que va a seguir gustando sin duda ninguna, aunque
no diga nada nuevo. Poco más se puede decir al respecto, ya
que francamente el patrón que sigue es el mismo de siempre, lo
único que se echa de menos es la falta de riesgo, porque
con una voz como la de Heppner, el éxito estaría
garantizado.